Al Dios invisible.

Sentada en el asiento número 22 del vuelo 3972 con destino a Dallas Tx., mirando hacia la pequeña ventana del avión, pasa por mi mente si en verdad me encuentro cerca del tercer cielo, aquel donde esta el gran trono que nos han contado, enseguida viene a mi mente que lo maravilloso que éste cielo y el atardecer me muestran me da por respuesta que no importa el trono cuando el rey está a tu lado, me pregunto cuantas veces me ha visitado, me ha abrazado y yo he seguido pensando que se encuentra en un cielo aún más arriba de las galaxias. Derivado de ello comienzo a pensar en ¿como es él? el Padre, uno de los que integran la trinidad, y haciendo memoria de esta "semana de la pasión" me preguntó ¿cómo pasaba estos días cercanos a lo que vendría? y de pronto me encuentro hablando con Él: -Sé que el tiempo en ti es relativo, que lo que para mí son segundos para ti es solo transcurso de lo que debe venir, no entiendo mucho de tu grandeza pero alcanzo a ver un poco de tus proezas, eres increíble y no lo digo como una palabra que denota expresión de admiración si no literalmente como un ser que no logro entender que pueda ser, pienso en ti como aquel padre que no solo trabaja en juzgar si no trabaja en dar, es difícil para una mente humana como la mía comprender que no tienes principio, no tienes fin, pero ¿sabes? Supiste colocarme en el mejor lugar, ahí donde me enseñarían que no importa que tan invisible seas, eres real, y hoy no solo lo sé como una doctrina creada de mi niñez, hoy lo creo por convicción, porque he entendido que tal vez la vida no es fácil pero estás pendiente de que pueda llevarla para bien, sé que me entiendes, sé que sabes de dolor porque justamente hace más de dos mil años tu corazón guardaba el sentimiento de haber dado a tu único hijo para salvarme, no sé en que momento decidiste que yo lo merecía, tal vez fue el mismo Jesús suplicandote venir por mí, abogando y hablándote de lo maravillosa que podría ser mi vida si él se entregaba, claramente solo hablaba por amor pues no me acercaba ni un poco a lo que él justificaba de mi, pero lo que su voz y la creación significan para ti fué lo que te hizo acceder. Lo viste padecer, tuvieron tus ojos que ver como era latigado, aun no sé con certeza la manera en que expresas tu sentir y ver a los demás pero la biblia me habla de que fui hecha a tu imagen y yo soy capaz de sentir dolor, ira, tristeza y alegría y así es como pienso que eres, comprendo entonces que tuviste que controlar el deseo por rescatar a tu amado, escondiste tu rostro y abrazaste aquel propósito que tenía su dolor, hubiese bastado una sola palabra, un solo pensamiento para destruir a aquellos que lo herian sin justo juicio, sin darle derecho hablar, sé que los ángeles esperaban la orden para bajar y defender a aquel que hace tiempo adoraban y que nosotros crusificabamos, sé que fue un tiempo duro pero que no veías el dolor sino el propósito. Todo lo anterior me hace entender que así como fui creada a tu voluntad y a lo que tú eres, es lo que quieres y esperas de mi, que sea capaz de avanzar, de tolerar, de esperar no mirando lo que me hiere si no lo que me espera... Gracias, gracias por ser el padre que eres, por escuchar la voz del hijo cada vez que te habla de mi, por aquella creación que formaste con tus manos, gracias por enseñarme que soy llena de gracia todos los días, gracias porque aunque tienes el reino y eres dueño del universo eres amoroso y me ves tan grande que tus ojos se ponen en mi cada mañana, sé que conoces mi nombre, sé que le diste color a mis ojos y que sabes exactamente cuantos cabellos hay en mi cabeza, celebro no solo esta semana de pasión, celebro cada día el que hayas accedido a enviar al hijo, celebro que seas invisible porque eso te muestra la fe que puedo tener y te agradas de ella, se que en el mundo hay riquezas, reyes, ministros, grandes hombres sabios, pero en mi corazón esta la certeza de que no hay otro Dios como tú, Rey de Reyes te has proclamado y de ninguna manera pudiera contradecirte, quiero decirte que espero, espero con ansias algún día mirarte y decirte cara a cara que no se proque decidiste crearme pero que si tu diste lo más valioso para salvarme yo dí en la tierra mi vida para servirte y que aún en la eternidad te daré siempre lo que tu me pidas con tal de pasar billones de segundos mirando tu rostro, aquel que no conozco pero que ya resplandece en mi...