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El ADN de tu alma...

Foto del escritor: Azalea MtzsAzalea Mtzs

Todos conocemos y hemos escuchado acerca de la creación del hombre, Adán primero, Eva sacada de la costilla para que ambos gobernasen la tierra, un dibujo sobre el polvo de la tierra y después un soplido para dar aliento, aliento de vida, ese que haría que el hombre conociera la maravilla que el arquitecto había formado, sin ese aliento todo habría sido inútil, la creación de Dios no estaba completa, todo era hermoso, había quedado perfecto pero algo faltaba, tú...

Los momentos complicados de la vida son inevitables, las heridas en el corazón también, los momentos de sentirse en soledad siempre llegan, pero en cada respiro ahí está Él... la visión de Dios al crear al hombre y a la mujer fue que siempre supieran que entre el cielo y la tierra siempre habría una conexión, que cada vez que tú respiraras, que cada vez que tú sollozaras, que cada vez tú hablaras, que cada vez que tú durmieras lo percibieras, ¡ahí está! Incluso aquel que dice no creer en un Dios, con el mismo aliento que lo pronuncia, lo proclama, está ahí, nunca se ha ido...

Los problemas a veces parecen gigantes pero si respiras profundo los encontrarás más pequeños, así como aquel joven que peleó con un gigante, nadie creía en él, después de todo, quién confiaría en un adolescente, pero ese adolescente amaba a su pueblo y sabía que vivían atemorizados y amenazados por aquel gigante, nadie hasta ese momento se había atrevido a enfrentarlo pero él se ofreció y aunque nadie viera su capacidad él no confiaba en lo que la gente percibía de él, no lo olvides, no eres lo que dicen que eres, eres aquello en lo que has creído, David confiaba en lo que traía dentro, David sabía que sus fuerzas venían de ese aliento que fue puesto en él, tomó una honda, unas cuantas piedras aunque en realidad solo una fue suficiente, miró al gigante, se detuvo frente a él y con tanto orgullo pensó en lo enorme que veía, en la fuerza que veía, en lo mucho que deslumbraba y en lo invencible que era, el gigante orgulloso se paseaba pues podía ver lo maravillado que ese pequeño estaba, David lo contemplaba pero todo lo que pensaba no se trataba del gigante, David veía en su enemigo la magnificencía del que le dio vida, David respiraba e inhalaba valentía, David respiraba y se llenaba de fuerza, David inhalaba y encontraba paz en su alma, exhalaba y percibía la victoria porque en su aliento estaba todo, tomo la honda, lanzó la piedra y derrumbó al que lo acechaba, no necesito más que el respiro para vencerlo todo y darle paz a su pueblo, pero si lo piensas no fue el aliento, fue el origen de éste, está ahí, no estaba solo...

Sé cómo David, mira más allá de aquellos problemas que se ven gigantes, visualiza a aquellos que te hirieron y respira, inhala el aliento que Dios puso en ti y perdona, solo respira, hay propósito en cada cosa que no entiendes, todo lo que viene vale más que lo que perdiste, todo lo que llega vale más que lo que se fue y saber de la gracia que tienes de aquel que te creó sin darle nada, vale mucho más que lo que un gigante quiera hacer para destruirte...

Inhala, exhala, respira pensando de donde viene ese aliento, respira con fuerza el ADN de tu alma y ahí encontrarás el amor, la fuerza y el propósito que buscas...


*Gracias Ps. Esteban Grasman por esa prédica que inspiró este post, ¡Dios te bendiga!


 
 
 

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