Aunque me enseñaron desde pequeña quién eras no lograba distinguir entre un ser supremo y un amor de verdad, dioses hay muchos dice la gente más yo sé que tú sobrepasas a todos...
Desde el día en que me escogiste supiste dónde ponerme y sabías qué habrías de defenderme, mostraste que no había quien pudiera hacerme frente y reíste al ver que dudaba del presente, pues sabías que aquello que ponías era lo que me haría fuerte, de oídas de había oído dijo aquel hombre un día, más hoy mis ojos te ven...
Eres luz cuando la obscuridad me invade y eres paz cuando en mí hay tormenta, eres el prototipo perfecto de un hombre en la tierra, eres miles de nombres aunque ninguno pueda definirte, eres lealtad cuando en mi no ha habido más que infidelidad, eres fortaleza cuando la toalla he querido tirar, más me has abrazado y conmigo has estado, eres amor cuando mi frente se ha agachado y tú la has levantado, eres humildad cuando en el lodo he estado pues de ahí me has sacado, eres paciencia cuando me he quejado y aún mis porqués has contestado, eres un abrazo cuando un refugio he necesitado, eres gracia y decidiste quedarte no importando lo que yo pudiera darte, eres la pureza de una mirada que decide enfocarse en lo sucio de la nada, eres amor en su máxima expresión, eres el anhelo de mis ojos, eres el deseo y la meta que ha fijado mi alma, verte un día cara a cara, no sé ni qué diría y tampoco sé si podría, pero si acaso mi voz logrará balbucear unas cuantas palabras seguro te preguntaría acerca del ¿porqué el dueño del universo entre toda la galaxia me distinguió como una estrella? ¿cómo es que aquél al que los mares obedecen es capaz de perdonar la desobediencia? ¿cómo es posible que aquél ante quien los montes se arrodillan haya decidido inclinarse para lavar mis pies? ¿cómo fue que aquél que siendo heredero del reino decidió convertirse en siervo, enmudecer y aún suplicar por mi perdón?...
No sé si habría respuesta a cada pregunta; pero pensándolo bien, el solo cruzar tu mirada con la mía sería suficiente, pues mis dudas se disiparían, más si tú quisieras un poco más te diría que tocarte sería mi alegría y abrazarte mi más grande travesía, pero mientras llega el día en el que de frente podamos conversar, seguiré anunciando con mi vida que eres tú por siempre el origen de mi andar...
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